Living Art semanal: Exploración creativa – Cuento “La hormiga Tomasa”

La hormiga Tomasa

(De Karen García)

 

 

Había una vez, una pequeña hormiga llamada Tomasa. Tenía 5 hijas y vivían en un hormiguero cerca de un hermoso río.

 

 

 

 

 

 

Todos los días la hormiga Tomasa salía de su casa para ir en busca de alimento, se dirigía a un bello jardín en donde unos largos y frondosos agapandos le regalaban ricas semillas, se acercaba a ellos y haciéndoles cosquillitas hacían caer deliciosos frutos, la hormiga Tomasa los guardaba en su costal y les dejaba un pequeño regalo que sus hijas les hacían en agradecimiento y regresaba gustosa a su casa.

 

 

 

 

Pero un día de verano, cuando se dirigía hacia el jardín, escuchó un ruido que venía desde el cielo, parecía un trueno, pero como el sol seguía radiante, siguió su camino. Al llegar con sus queridos amigos una gotita de lluvia cayó y así gota tras gota empezó a llover, truenos y relámpagos llegaron con la lluvia, las flores empezaron a tambalear de un lado a otro y la hormiga Tomasa tuvo que refugiarse debajo de una hoja de los largos agapandos.

 

 

 

 

Cuando el viento sopló para que la lluvia cesara un poco, la hormiga corrió rápidamente a refugiarse en su casa junto a sus hijas, después de esa tarde, Tomasa tenía mucho miedo de salir, cada vez que escuchaba un trueno, sus patitas empezaban a temblar, sus hijas la abrazaban y le preparaban una taza de chocolate caliente, pero Tomasa no quería volver a salir de su casa, sentía mucho miedo de que una gota de lluvia la pudiera arrastrar hacia el río.

 

 

 

 

 

Mientras estuvieron en casa, hornearon pasteles, tejieron, jugaron, cantaron y bailaron, pero pronto la comida que tenían de reserva se agotó y era momento de salir a buscar más, sus pequeñas hijas le dieron un beso y le dijeron que todo estaría bien.

 

 

 

 

 

 

 

Temerosa, abrió la puerta de su casa, asomó sus antenas y solo sintió el roce del viento, así que decidió asomar su cabeza y lo primero que vio fue al brillante y hermoso sol, volteó hacia los lados y vio que la lluvia había dejado muchos charcos. Entró rápidamente a casa por sus hijas y salieron del hormiguero, la hormiga Tomasa, muy emocionada, vio que todo estaba como la última vez, sus hijas brincaban con emoción en los charcos y hacían bellas creaciones con el lodo que había por doquier.

A lo lejos vio el jardín y a sus queridos agapandos que la saludaban con gran alegría, rápidamente se acercó a ellos y les dio un cariñoso abrazo, sus amigos le dijeron que la lluvia del verano se habían ido, pero que había dejado un mensaje especial para ella: “Querida hormiga Tomasa, sé que tuviste un poco de miedo cuando llegué, pero mi visita fue momentánea, es tiempo de regresar a mi casa, quiero contarte que mientras tú disfrutabas de tus hijas en casa, yo reverdecí los campos, los llené de frutos y dejé mucha diversión, no olvides hormiga querida, que siempre, siempre sale el sol” .

Tomasa guardó con cariño el mensaje y tomó los semillas que los agapandos tenían preparadas para ella, regresó con sus amadas hijas y muy feliz disfrutó de todo lo bueno que la lluvia le dejó.

Para recibir más ideas y recursos síguenos en nuestras redes sociales: Facebook: LifeWays América Latina o Instagram: lifewayslatam

O subscríbete a nuestra newsletter trimestral aquí

Leave a Reply