Hoy te compartimos un inspirador artículo de Acacia Moore, de LifeWays North America. Acacia nos describe un poderoso pero sencillo ritual que ha incorporado en sus mañanas. Este hábito esta muy alineado con las conversaciones sobre del ritmo que hemos tenido estos días. Si todavía no has tenido la oportunidad de ver nuestra plática con Luciana García, escúchala aquí. En ella hablamos sobre la importancia del autocuidado para nosotras, y damos varias ideas para realizar esto conscientemente.

Que disfrutes tu lectura, y te deseo un domingo lleno de luz.

Con cariño,

Marielle

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A pesar del intenso calor y el bullicio de la vida silvestre afuera (particularmente de los insectos) durante el verano, siento grandes deseos de estar al aire libre.

Tengo un ritual todas las mañanas: salir la terraza lo antes posible, con mi desayuno en mano, un café helado y un libro de poesía. Este verano, A “Letany of Wild Graces”, de Sharifa Oppenheimer (solo disponible en inglés), ha nutrido mi alma.

Estos meses, mis horarios de trabajo son más flexibles, así que me doy el gran regalo de un comienzo más lento. Conscientemente, como mi desayuno y veo a los pájaros comer el suyo en el comedero. Leo uno o dos poemas y me tomo el tiempo de procesarlos, sintiendo la brisa o mirando los árboles, simplemente estando presente. Luego, me ocupo de las actividades del jardín, todas las mañanas, antes de ir a trabajar.

Seguido me quedo afuera el mayor tiempo que pueda, trayendo mi computadora o libros al aire libre bajo un techo de malla sombra, tratando de motivar a mis hijos ahora mayores a salir conmigo el mayor tiempo posible.

En la sociedad actual, el aumento de la temperatura lleva a estar adentro con aire acondicionado, pero nuestra necesidad innata por la naturaleza no desaparece. Estar al aire libre no solo tiene beneficioso, es esencial.  Si empezamos el día afuera y convertimos esto en un hábito, nos aclimatamos al calor y pasamos el tiempo que realmente necesitamos en la naturaleza, ya sea trabajando o jugando.

Es completamente posible hacer esto con niños pequeños. En mis días en el prescolar “Rose Rock School”, pasábamos todo el día al aire libre excepto la hora de la siesta; y estoy segura de que todavía los días transcurren así allá.

Nuestros ritmos eran más lentos, incluían jardinería y juegos con agua construyendo unos días de verano relajantes y nutridos. Recuerdo a los niños como abejas, trabajadores y robustos, soñadores y pacíficos.

¡Feliz verano!

Arículo original en inglés disponible aquí

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