Hoy con mucha alegría te compartimos esta pequeña y alegre historia para la primavera con algunas sugerencias de movimientos para actuarla con los niños.

Los ayudantes de las semillas

Erase una vez un pequeños niño que vivía en una casa rodeada de jardines y campo. Allí pasaba sus días jugando y ayudando a su madre a cuidar las plantas, insectos y pájaros.

Un día, cuando llegó la primavera, su mamá le dio un puñado de semillas y le dijo:

“Vayamos al jardín a plantar algunas flores nuevas en la tierra”.

El niño, sostuvo las semillas, las observó y se maravilló de su pequeñez.

“Mamá, ¿cómo se convierten estas diminutas semillas en flores? ¿Cómo no se pierden en el suelo oscuro?”

“Oh, las semillas tienen muchos amigos que las ayudan, como todas las plantas en nuestro jardín y campo”, respondió la mamá.

“Después de sembrar las semillas, estas se quedan dormidas, por lo que las hadas del agua vienen y las riegan cantando:

Despierta, despierta, tienes la cabeza somnolienta.

Es hora de levantarte de tu cama de sueños. (1)

Con esas gotitas mágicas las semillas se abren. Poco después llegan los gnomos de la raíz a estirar las pequeñas raíces de las semillas cantando:

Enraízate, Enraízate con fuertes raíces,

Es hora de levantarte para convertirte en un brote. (2)

Cuando las semillas han echado raíces, comienzan a levantarse de la cama, arrojando sus mantas a un lado, salen del suelo.

Entonces, las hadas del viento vienen a ayudar. Les hacen cosquillas a las pequeñas hojas de la plántula cantando:

Levanta tu tallo y hojas,

Estírate y disfruta la brisa. (3)

Los brotes despliegan sus hojas y las estiran hasta el sol creciendo más alto con más hojas cada día.

Ya no serán pequeñas plántulas, sino plantas fuertes y resistentes. Entonces, un pequeño botón muy especial comenzará a crecer, redondo como un bebé en la barriga de su madre (4). Ahí los espíritus del fuego del sol bailarán sobre sus hojas, y se posarán sobre los pétalos del botón para abrirlos mientras cantan:

Bienvenida, bienvenida querida flor brillante.

¡Refleja tus colores a la dulce luz del sol!” (5)

La cara del niño brilló con una sonrisa.

Tomó la mano de su mamá y saltó al jardín para plantar sus semillas, ansioso por verlas crecer en flores brillantes y coloridas al sol.

Movimientos para la obra

Esta linda historia funciona muy bien como cuento de mesa con marionetas, pero hoy te invitamos a que con esta fomentes el movimiento intencional. Te proponemos movimientos para cada verso numerado en los que un solo niño o grupo de niños podría participar, mientras la maestra cuenta la historia y canta. Sugiero cantar los versos varias veces.

Primero, te animo a practicar los movimientos en grupo y contar la historia por separado. Cuando practiques los movimientos, di algo como: “Vamos a fingir ser semillas metidas en una cama, en lo profundo del suelo” Todos se convierten en semillas para que te imiten, y se muevan acorde a lo largo de cada movimiento.

Es posible que necesiten instrucciones guiadas, pero permíteles tanto como sea posible que hagan los movimientos por su cuenta, así que ve despacio. Para desarrollar un hábito de movimiento intencional, tenemos que ser lentos y fomentar la lentitud. Algunos niños que quieren darse prisa todo el tiempo pueden necesitar muchos intentos y paciencia para esto, ¡pero seguido son los que más lo necesitan!

Puedes elegir que solo uno o dos niños representen las semillas, elije a los niños mayores que puedan modelar bien para sus compañeros más pequeños. En algunos casos, es posible que uno o dos niños pretendan ser los ayudantes de hadas. Por último, termina la historia con una canción y una pausa, o apagando una vela para indicar que los niños pueden suavemente abandonar el “escenario”.

Movimientos que te proponemos para acompañar los versos:

  1. Los niños se agachan en el suelo sobre sus pies, acurrucados con fuerza como semillas. Pueden envolverse con una manta especial o seda. Toca suavemente sus cabezas con las yemas de los dedos y haz que los niños respondan con un ligero gesto de “despertar”.
  2. Los niños se levantan lentamente sobre los pies mientras, la parte superior del cuerpo y cabeza siguen curvas. Las mantas caen al suelo. Aprieta suavemente y pasa las manos por sus piernas de raíz.
  3. Toca con las yemas de los dedos los lados de sus cuerpos, luego los brazos para que se desplieguen. Los niños se tienen que desenroscar para ponerse de pie, los pies aún se extenderán como raíces, los brazos se desenroscan y se elevan suavemente como hojas. Recuerda de que sea una brisa suave y lenta también.
  4. Los brazos de los niños se unen por encima de la cabeza, agarrándose a los codos opuestos como un circulo.
  5. Con las yemas de los dedos recorre lo largo de sus brazos para que los niños despliegan los brazos y los levantan para formar la copa de la flor. con una ligera flexión de los codos. (En este punto, es posible que los niños deban descansar las piernas en el suelo entrecruzadas para las últimas líneas de la historia).

Es muy satisfactorio llevar la alegría del movimiento a los cuentos infantiles. Además, para los niños que tienen dificultades para sentarse para escuchar cuentos, las historias con movimiento intencional ayudan a desarrollar su capacidad de quietud y transición para que sean más capaces de estar atentos cuando la historia requiere tranquilidad.

¡Disfrútalo!

Marielle, Diana y Glenda

Artículo original redactado en inglés por Acacia, consultora de LífeWays North America, publicado el 14 de marzo 2021, disponible aquí. Traducido y adaptado al español por LifeWays America Latina

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