Hace poco tuve la oportunidad de ver un video de The Parenting Junkie (el cual recomiendo ampliamente) en donde hablan de la importancia del riesgo en el juego. En tan solo 15 min, logran tocar y profundizar en la importancia del riesgo para el sano desarrollo de los niños, un tema fundamental y que muy fácilmente olvidamos.
Como padres, el miedo a que nuestros hijos se lastimen siempre ha estado presente, sin embargo, conforme la tecnología avanza, cada vez tenemos más aparatos, cinturones y dispositivos para mantenerlos seguros y sobre todo una cultura, que pareciera quiere evitarle a los niños el riesgo a toda costa.
Justamente hace poco me contaba mi papá, como cuando él era niño iban en el coche, sin cinturones, jugando en el piso, brincando de un asiento a otro. Incluso yo, cuándo era pequeña no era obligatorio usar cinturones, ahora, no sólo es requisito indispensable, sino que es motivo de multa que no se usen, y los niños ni se diga, sus sillas de coche cada vez son más elaboradas, grandes, estorbosas y sobre todo, seguras.
¿Está mal querernos proteger? Por supuesto que no, pero la realidad es que el riesgo forma parte de la vida, todo lo que hacemos conlleva cierto riesgo, salir a caminar, manejar, viajar en avión, todo es potencialmente peligroso, e incluso las relaciones personales, enamorarse, tener hijos, hacer amigos, todo nos pone en riesgo de salir lastimados, Sin embargo, todas estas actividades son parte fundamental de la vida, sin ellas realmente no estamos viviendo.
Entonces, lo que necesitamos, cómo bien dicen en el video, es enseñar a los niños a correr riesgos, enseñarles a cuidarse, a saber medir el peligro. Sólo entonces realmente los niños aprenderán a vivir de forma segura.
En los grupos de juego de Cuncuna, para mamás con bebés, veo muy seguido como las mamás se ponen nerviosas y corren a detener a sus hijos para que no se acerquen a la orilla de una estructura de 10 cms de alto. El riesgo es bajísimo, sin embargo, pensar que se puedan caer y golpear nos pone en alerta máxima. Esta alerta es completamente sana, porque es, sin duda, nuestra responsabilidad cuidar a nuestros hijos, sin embargo, también es nuestra responsabilidad educarlos, enseñarles como funciona el mundo. ¿qué aprende un niño del mundo y de sí mismo si siempre necesitamos protegerlo, cuidarlo del entorno que lo pone en peligro y del cual él no puede cuidarse?
Nunca como cuándo hacemos algo peligroso, nos sentimos tan capaces y orgullosos de nosotros mismos, cuando podemos cortar verduras con un cuchillo, cuando podemos subir a la resbaladilla más alta, cuando podemos usar una navaja, cuando cargamos una piedra muy pesada. Esos momentos, que implican un riesgo, nos hacen darnos cuenta de todo el poder y la habilidad que tenemos.
Para los niños este tipo de actividades y juegos riesgosos son fundamentales, son los que les permiten, además de tener esta sensación y aprender a medir los riesgos, desarrollar las habilidades físicas que les permitan desarrollar maestría y lograr lo que se proponen.
Cómo papás, nuestro trabajo es medir estos riesgos, ver cuales son apropiados para la edad y habilidades de nuestros hijos y ayudarles a ver el peligro y las formas de cuidarse de él. Poderles decir, esa rama está muy alta, estás muy cerca de la orilla, esas tijeras tienen mucho filo, etc. es la mejor forma de cuidarlos.
Al mismo tiempo, al fomentar que estén en esas situaciones de riesgo, enseñándoles la forma de enfrentarlos, les va a permitir vivirlas con la seguridad que requieren.
En el video nos comenta The Parenting Junkie que el Dr. Peter Grey nos recomienda 6 tipos de actividades de riesgo que son esenciales para el desarrollo de los niños:
- Grandes alturas – Poder subir muy alto, en una resbaladilla, escalando un árbol, en un puente, etc.
- Velocidad rápida – Poder ir muy rápido en bicicleta, patines, o patín del diablo. Podemos ponerles tantas protecciones como sean necesarias y nos dejen tranquilos para que puedan experimentar la velocidad.
- Herramientas peligrosas – Martillos, navajas, cuchillos, desarmadores, los niños necesitan tener herramientas reales que les permitan de verdad trabajar con ellas y no solamente pretender hacerlo.
- Elementos peligrosos – El fuego, el humo, el agua en grandes cantidades, etc. los niños son atraídos hacia ellos y necesitan aprender a manejarlos. Enseñémosles a prender cerillos, hacer fogatas, nadar, etc.
- Jugo rudo – Todo niño busca tener peleas de almohadas, luchas, y juegos bruscos con sus hermanos o amigos. Ayudémosles a vivirlos sin que nadie salga lastimado, sabiendo que es un juego y que necesitamos, dentro de la misma rudeza, cuidarnos unos a otros.
- Desaparecer o perderse – Quedarse solos en casa, ir al parque solos, caminar hasta casa de la abuela, buscar la emoción de poder estar solos, de no tener supervisión adulta. Es de los riesgos más difíciles en esta época, pero es fundamental encontrar la forma de darles esta vivencia a nuestros hijos.
Si logramos que nuestros hijos puedan tener estas vivencias, les estaremos enseñando a ir por la vida de manera consciente y presente, siendo capaces de hacer lo que se proponen de forma responsable, sin tener que perderse la vida por miedo a atreverse y por supuesto sin aventarse al peligro sin ser capaces de dimensionarlo. Es de los regalos más importantes que les podemos dar a nuestros hijos.
Espero que puedan, poco a poco, ir dejando la ansiedad y acompañar a sus hijos en este maravilloso proceso de arriesgarse.
Con cariño
Diana Sánchez
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