Si cuidas de las cosas pequeñas, las cosas grandes se cuidan a sí mismas. Puedes ganar más control sobre tu vida prestando más atención a las pequeñas cosas.– Emily Dickinson
Cuando era chica, uno de mis libros favoritos era un pequeño libro dorado llamado “Mr. Bell’s Fix-It Shop” ( La tienda de reparación del sr Bell). En la puerta de la tienda de Sr. Bell había un letrero que decía: “Lo arreglo todo menos corazones rotos”, pero un día conoce a Jill. Jill es un pequeña que le trae al Sr. Bell su muñeca más amada, que ha sido mordida por el perro. Puedes imaginar lo maravillosamente bien que se siente Jill cuando su amada muñeca vuelve a la vida, y cómo el letrero de la tienda se modifica al final del libro. Sí, el Sr. Bell lo arregla todo, incluso los corazones rotos.
Pensar que podemos tener ese impacto en alguien con un gesto tan sencillo, llenó mi propio corazoncito de calidez gloriosa mientras leía la historia una y otra vez.
La reparación es una tarea doméstica tan simple y, sin embargo, tiene mucho que ofrecer a los niños pequeños. Arreglar cosas rotas, en lugar de desecharlas, ofrece un modelo de vida sustentable para la tierra. Transmite que queremos que nuestras cosas duren, teniendo menos impacto. Cultiva la reverencia, el cuidado y el aprecio por nuestras pertenencias sin tener que decir que estamos agradecidos.
En mi clase en la Escuela Rose Rock, el martes es el día de “Reparación de Juguetes” es parte de nuestro ritmo mensual. Libros rotos, sombreros desenredados, delantales enganchados, autos sin ruedas, marionetas con ojos perdidos, canastas deshilachadas y más salen de “La tierra de los juguetes rotos” para ser evaluados en busca de lo que se puede arreglar. Sacamos pegamento, lijas, herramientas, caja de costura, y la mañana transcurre con especial atención a cada artículo. Algunos elementos se trabajaban durante varios días, otros toman solo cinco minutos y, ocasionalmente, alguno no se puede arreglar; pero todos los niños están involucrados en la actividad y están realmente encantados cuando podemos dar nueva vida a algún objeto.
A nivel físico, enseñar a nuestros hijos a reparar, ya sea pegando, lijando, o cosiendo, ofrece una variedad de oportunidades para la coordinación motora fina, pero la tarea tiene un significado mucho más profundo. Sirve como la metáfora que sugiere mi libro favorito de infancia: lo que está roto se puede arreglar, lo que está herido sanar. Podemos perdonarnos a nosotros mismos, y a los demás, por las heridas y tratar de mejorar las cosas. A veces, la reparación puede llevar mucho tiempo y puede ser tediosa, pero dedicarse a ese trabajo es una tarea que vale la pena. Puede ser con los objetos que reparamos, o las relaciones que ayudamos a sanar, este difícil trabajo florece con una expresión hermosa de nueva vida.
Artículo redactado en inglés por Acacia, consultora de LífeWays North America, publicado el 13 de Febrero 2022 traducido y adaptado al español por LifeWays America Latina
Marielle, Diana y Glenda
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