“Recibir al niño con reverencia

Educarlos con amor

Dejarlos caminar en Libertad “- Rudolf Steiner

Chinyelu Kunz- Fundadora del collectivo We Nurture – Miembro de la mesa directiva de LifeWays

El artículo que les compartimos hoy es de Chinyelu Kunz de WeNurture:

El verso anterior de Rudolf Steiner, fundador de la Educación Waldorf, describe la esencia de su filosofía.

Hay algo muy poderoso en esas palabras, reflejan lo que deseamos para la educación de nuestros hijos, y nos inspiran para esforzarnos a hacerlo en casa. Es una frase para recordar cuando criamos a nuestros hijos holísticamente, buscamos una educación que nutra todo el ser, no solo a la mente.

Cuando reflexiono sobre la Educación Waldorf y lo que he experimentado personalmente con esta filosofía en más de 25 años resalta que se trata de una educación “de sentimiento”. Busca nutrir el alma para poder despertar cada individualidad, y que cada ser cumpla su propósito y su destino.

Como educadora de primera infancia Waldorf, pienso en esa frase seguido, ya que, engloba los principios rectores de mi día a día con los niños.

La reverencia, el amor y la libertad están en mi corazón y en el fundamento del enfoque Waldorf para nutrir y educar a los niños.

Aunque yo trabajo con niños pequeños de 2 a 4 años, todos los niños prosperan en un entorno donde existe ese enfoque.

Recibir al niño con reverencia

Cuando pensamos en la palabra Reverencia, probablemente viene a la mente un profundo respeto por alguien. Hay muchas maneras para desarrollar la reverencia por un niño. Presentaré tres formas en que trabajé con este principio fundamental, no solo en el aula sino también con mis hijos.

Mostramos reverencia aceptando la individualidad del niño y respetándolo como ser humano en crecimiento y desarrollo. Cada niño necesita ser respetado y honrado por lo que es. Todos somos tan diferentes, nuestras fortalezas, nuestras diferencias, nuestras peculiaridades y singularidades, todos somos especiales. Cada uno de nosotros tiene algo especial, algo singular y talentoso, cualidades que tenemos para ofrecerle al mundo. En mi trabajo como maestra, todos los días me esfuerzo por mantener una mente abierta recibiendo a cada niño, dándole espacio a quien es en el momento presente y en quiénes se están convirtiendo.

Mostramos reverencia por el niño al esforzarnos por nutrir sus sentidos de manera saludable prestando atención consciente a su entorno. Esto se logra poniendo a su disposición materiales naturales y juguetes no definidos, como sedas, lana, juguetes de madera, el color suave en las paredes, fibras naturales en el piso, como alfombras de lana. Las tablas para picar en las que ayudan a preparar bocadillos. Podría seguir y seguir, es importante ofrecer a los niños experiencias reales con materiales reales y, a menudo, de alta calidad.

Mostramos reverencia por el niño cuando lo protegemos activamente en los primeros años de la infancia permitiéndoles ser niños. Al no apresurarlos a crecer y empujarlos a experiencias que los alejen de la maravilla y la alegría de los primeros años. Protegemos al niño pequeño cuando le damos tiempo para experimentar el juego como la actividad diaria principal. El juego sienta las bases para los años posteriores y permite que el niño crezca fuerte tanto física como intelectualmente. El juego les da a los niños tiempo para aprender a través de su propia actividad interior, y satisface su necesidad de ser imaginativos y creativos. Necesitan adultos en sus vidas que les ofrezcan esta protección. Lo veo como protección del “tiempo”, tiempo para explorar y descubrir el mundo y a sí mismos.

Educarlos con amor

En el libro Educación del Niño, Steiner dice; “La alegría de los niños en y con su entorno debe contarse entre las fuerzas que construyen y dan forma a los órganos físicos”. Continúa diciendo: “Se puede decir que un amor que fluye, por así decirlo, con calor a través del entorno físico de los niños literalmente “eclosiona” las formas de los órganos físicos”.

¿Qué significa todo esto? Significa que el ambiente que creas y en el que expones a tu hijo es de gran importancia porque afectan su desarrollo físico a nivel celular.

El adulto (maestro, cuidador y madre) elige estar en un camino de desarrollo interior. En los primeros años del niño, el adulto es el entorno, el adulto es el clima, por así decirlo, y el niño lo experimenta todo. Los niños pequeños no pueden evitar asimilarlo todo porque son como esponjas. El niño mayor también se ve muy afectado por los adultos en sus vidas y ellos también necesitan estar rodeados de adultos que se esfuerzan por ser modelos saludables a seguir.

En la primera infancia Waldorf, nos referimos a esto como digno de imitación. “¿Soy digno de imitación?” es una pregunta importante que debemos hacernos todos los días porque en cada momento de cada día nuestros hijos nos observan e imitan lo que hacemos, lo que decimos, así como la forma en que nos presentamos ante ellos.

Steiner era conocido por visitar las aulas y plantear esta pregunta a los estudiantes. “¿Amas a tu maestro?” Los niños sienten lo amados que son, especialmente cuando el amor que reciben es incondicional. Antes de que podamos amar al niño incondicionalmente, creo que primero debemos amarnos incondicionalmente. Este es un viaje que lleva tiempo y tal vez comienza con el adulto trabajando en problemas no resueltos en su vida personal para que los niños a su cuidado no se vean agobiados con esto. El maestro, adulto o cuidador es el modelo de un ser humano recto que se ama a sí mismo, ama a los niños a su cuidado, ama la tierra y ama el tiempo en el que viven. El maestro, el adulto y el cuidador son conscientes de que todo sobre quiénes son se transmite de ellos a los niños y en el entorno, ya sea en el aula o en el hogar.

Waldorf crea conscientemente ambientes para el niño que los involucra y estimula su imaginación. Un entorno que nutre sus sentidos de una manera que no los abruma, particularmente en los primeros años. Ambientes que cubran sus ganas por aprender, expresan esa necesidad claramente con sus rostros y movimientos corporales.

En los últimos años, los niños experimentan el pensamiento imaginativo y creativo a través de la conexión con la naturaleza, se sumergen en experiencias creativas y artísticas, es importante considerar tiempo dentro y fuera.

Dejarlos caminar en Libertad

Algo que descubrí al principio de mi esfuerzo por comprender, lo que es Waldorf fue este mismo concepto ‘Déjalos salir en Libertad’. Llegué a ver cómo se relacionaba con el joven adulto, que ahora se había graduado de la escuela secundaria yendo al mundo, a veces con claridad, a menudo con preguntas, pero siendo guiado por sus propios pensamientos, su propia individualidad.

Ser libre es ser capaz de tener pensamientos propios en lugar de pensamientos de los demás.

Los pensamientos que han sido generados por el yo más profundo, más original, más esencial y espiritual de cada uno. La individualidad de uno. Este es un objetivo, dejar caminar al joven adulto en libertad.

La libertad no significa que el niño simplemente pueda hacer lo que quiera o lo que siempre lo hace feliz.

Entendemos que la libertad es un proceso que se desarrolla a lo largo de los años a medida que un niño crece y se desarrolla. En los primeros años, la libertad se nutre a través de la forma, porque sin una experiencia de forma no habría libertad.  Los niños experimentan la forma a través de los ritmos y límites que son creados y sostenidos por el adulto.

No imprimimos al joven adulto quién debe ser, qué debe estudiar o qué debe hacer con su vida. En cambio, después de que se ha sentado una base saludable durante los muchos años de desarrollo, les permitimos desarrollarse y confiamos en el proceso.

Fundamentalmente, no existe educación que no sea auto-educación. Como docentes solo podemos proporcionar el entorno para la autoeducación de los niños. Debemos ofrecer las condiciones más idóneas, en las que, mediante nuestra intervención, los niños puedan educarse a sí mismos según sus propios destinos. Esta es la actitud que los docentes deberán tener hacia los niños, y esta actitud podrá desarrollarse solamente a través de una siempre creciente conciencia de esta verdad.
(Rudolf Steiner, The Child’s Changing Consciousness) – Rudolf Steiner

Artículo redactado en inglés por Chinyely Kunz, publicado el 6 de Marzo 2022 disponible aquí. Traducido y adaptado al español por LifeWays America Latina

Marielle, Diana y Glenda

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